Negro... Con dos de azúcar...
Analogía de un vicio sin nombre.
El café tiende a crear una dependencia emocional a sus amantes bebedores. Sientes la absoluta necesidad de consumirlo en los momentos menos apropiados. Y aunque los estudios de las grandes universidades te advierten que hace mucho daño su consumo... continuas tomándolo.
Hace un tiempo atrás, decidí dejar mi vicio favorito. No es bueno para mi. Me provoca ansiedad, acelera mi corazón, me quita el apetito, y, mas que nada, me da incontables noches de desvelo. Cuando no tomo café, estoy mas tranquila, mas centrada y duermo mejor. Mi corazón late a un ritmo constante, mi cuerpo, aunque a veces sin energía, funciona con calma y naturalidad. Fluye...de manera serena, sensata... normal.
Sin embargo, tengo momentos de abstinencia. Cuando en mi mente rozan los dulces recuerdos de su sabor, de su presencia en mi cuerpo, corriendo por mis venas y llenando todo mi ser, siento la inmensa necesidad de reencontrarme con mi vicio favorito. A veces me contengo. Muerdo mis labios y evito la tentación. Y busco una distracción menos dañina para mi mente y mi corazón. Pero, en días normales, cuando nuestros caminos se encuentran, es inevitable querer resistirme. Su aroma inunda mis sentidos y nubla mi conciencia... Y me dejo llevar...
Un sorbo, y todo esta perdido...los días, semanas o meses de paz mental se desmoronan. Quedan en el olvido. Y mi corazón vuelve a latir con fuerza, mi mente fluye de manera rápida y se vuelve insoportable. Pero eficiente. Y vuelven a mi las sensaciones exuberantes y mi vicio se convierte en mi musa mas inspiradora. Quiero tomarlo así, en su estado mas natural. Amargo, fuerte, caliente y puro... Pero, cuando tiene ese toque de dulzura... dos de azúcar...esa ternura, minina, pero sustancial... es mas que irresistible. Es algo muy difícil de superar.
Querido Vicio:
La decisión que tome al dejarte me ha dolido demasiado. Sin ti, mis días son vacíos y sin intensidad. Sin embargo, me hago daño al dejarme llevar por el brillo intenso de tus ojos
Pero el efecto dura poco. Y el tiempo que me toma recuperarme de la abstinencia de tu sabor, es un precio demasiado alto que debo pagar yo sola
Sabes muy bien que no me guardo los pensamientos. No fingiré ser fuerte ni pretenderé que nada ha pasado... Siempre he preferido decir las cosas, a callarlas
por eso... Debo decir Adiós.
Mel
2 comentarios:
un Requiem Mass .... para un amor que mata ... (impecablemente desnudos sentimientos )
Sentimientos encontrados... Que a pesar de todo, te dejan sin aliento. Aunque sepas que debes dejarlos atras... es dificil hacerlo.
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